Este artículo de opinión se publicó originalmente en el Financial Times.
Hace mucho tiempo que la creatividad marca el rumbo de mi vida. Por este motivo, hace casi cinco años aproveché la oportunidad de convertirme en la directora ejecutiva de YouTube.
En YouTube, los creadores han compartido sus ideas, inspirado a sus fans y desarrollado su sustento económico. Recientemente,
Kurzgesagt - In a Nutshell, se ha convertido en el principal canal de Alemania gracias a sus vídeos que consiguen que su audiencia se quede prendada de la ciencia. Artistas como Dua Lipa y Ed Sheeran llegaron a fans en YouTube mucho antes de que les descubrieran las discográficas. Además, músicos muy aclamados como Elton John han utilizado nuestro sitio web para dar un nuevo impulso a sus emblemáticas canciones.
Hemos trabajado sin descanso para asegurarnos de que los creadores y los artistas reciban la compensación que merecen por su trabajo. El año pasado, YouTube pagó a los propietarios de contenido europeos 800 millones de euros. También hemos abonado al industria musical mundial más de 1500 millones de euros generados solo con los ingresos por publicidad.
No obstante, la economía de los creadores está en peligro por una sección de la revisión que está haciendo la UE de su directiva de derechos de autor, conocida como
Artículo 13, que considera a las empresas de Internet directamente responsables de cualquier infracción de derechos de autor que se cometa en el contenido compartido en sus plataformas.
Aunque apoyamos los objetivos de este artículo, la propuesta actual del Parlamento Europeo tendrá consecuencias no deseadas que afectarán sobremanera al sustento económico de cientos de miles de personas.
El enfoque del Parlamento Europeo es poco realista en muchos casos porque los titulares de derechos de autor no suelen estar de acuerdo con quién posee los derechos. Si los titulares son incapaces de ponerse de acuerdo, es imposible esperar que las plataformas abiertas que alojan el contenido tomen las decisiones correctas sobre los derechos.
Pongamos de ejemplo el éxito mundial "
Despacito." El vídeo contiene diferentes derechos de autor, que abarcan desde los de la grabación de sonido hasta los de publicación.
Aunque YouTube tiene acuerdos con muchas entidades para obtener las licencias del vídeo y pagar por él, no se sabe quiénes son algunos de los titulares de los derechos. Como desconocemos dicha información, es posible que tengamos que bloquear vídeos como este para evitar que la responsabilidad recaiga sobre nosotros conforme al Artículo 13. Si escalamos ese riesgo a YouTube, donde se suben más de 400 horas de vídeo por minuto, habría tantas posibles responsabilidades que ninguna empresa podría asumir un riesgo financiero de tal calibre.
Ya hemos desarrollado nuevas tecnologías para abordar las infracciones de derechos de autor, como nuestro programa Content ID, y también para ayudar a los titulares a gestionar sus derechos de autor y ganar dinero automáticamente. En YouTube, más del 98 % de la gestión de derechos de autor se realiza mediante Content ID. Hasta la fecha, hemos usado el sistema para pagar a los titulares de derechos de autor más de 2500 millones de euros en concepto de uso del contenido por parte de terceros. Creemos que Content ID es la mejor solución para gestionar los derechos de autor a escala mundial.
Las consecuencias del Artículo 13 van más allá de las pérdidas económicas. Los residentes en la UE podrían dejar de tener acceso a los vídeos que han reproducido más de 90.000 millones de veces solo en el último mes. Dichos vídeos proceden de todo el mundo, de más de 35 millones de canales europeos, y abarcan clases de idiomas, tutoriales de ciencia y vídeos musicales.
Nos encantaría tener la oportunidad de colaborar con los legisladores y con el sector para elaborar una solución dentro del Artículo 13 que proteja a los titulares de derechos y, a su vez, permita seguir desarrollando la economía de los creadores. Podríamos incluir acuerdos de licencia más completos, colaboraciones con los titulares de derechos de autor para identificar a los propietarios de cada elemento y una tecnología de gestión de derechos inteligente, parecida a Content ID.
Si las plataformas acatan estas normas y ayudan a los titulares a identificar su contenido, no tiene sentido que asuman la responsabilidad directa por el contenido subido por los usuarios.
Pedimos a los legisladores que encuentren una solución que proteja a los titulares de derechos de autor y a los creadores por igual, y que escuchen el creciente número de opiniones en la UE, algunas de países miembros, que coinciden en que se puede buscar una solución mejor.
Susan Wojcicki, directora ejecutiva de YouTube